La verdad sobre las AFIRMACIONES

Hola vamos a meternos en el “¿holístico?” mundo de las hoy famosas afirmaciones.

El poder está en tus manos…

Hoy en día por todos lados encontramos afirmaciones, nos invitan a hacer afirmaciones, repetir afirmaciones, escribir afirmaciones, hacer planas de afirmaciones, pero, funcionan las afirmaciones y de ser así cómo y por qué funcionan. No todas las afirmaciones funcionan. Según mi experiencia personal y la de mis amigos y clientes no todas las afirmaciones funcionan, de hecho muy pocas funcionan, sobre todo al principio, porque afirmar y repetir algo automáticamente no sirve para nada. Para que las Afirmaciones funcionen tienes que ponerle tu intención, tu energía, es decir tu concentración y hacer de esa afirmación un propósito. Hay que saber trabajarlas. Si tú al hacer tus afirmaciones estas disperso, tu mente está en otro lado y mientras escribes o dices tus afirmaciones estás pensando en las múltiples cosas que tienes que hacer; esas afirmaciones no servirán para nada. Si no estás convencido que eso es lo que quieres y si no estas vibrando en esa frecuencia tampoco funcionará, por lo que para que algo se cumpla hay que tener más que ganas. Todos queremos un buen empleo, tener la pareja perfecta, el peso ideal, padres que nos comprendan, gente que nos ame justo como queremos. Todos queremos “la vida perfecta”, pero si hacemos nuestras afirmaciones solo desde el deseo están destinadas al fracaso. Sí, tristemente no es tan fácil. Entonces, ¿qué se necesita para que las afirmaciones funcionen?. Fundamentalmente: estar conectado a ese deseo, vibrar en esa frecuencia, sentir con todos tus sentidos que ya lo lograste. Ten en cuenta que el 5% de la mente es consciente, el 95% restante está regido por programas automáticos inconscientes. En muchos casos para lograr las cosas tenemos que romper paradigmas y crear nuevos pensamientos que se instauren en nuestro inconsciente. Cuando los sentimientos del cuerpo físico están sincronizados con el pensamiento, actúan como una unidad y es así como se crea el “Estado del Ser”. Podríamos decir que el estado del ser es la fusión de pensar y sentir, sentir y pensar en la misma frecuencia y esto es lo que produce cambios en nuestra realidad. Significa que nos hemos acostumbrado a un estado mental-emocional que se ha incluido en nuestra identidad. El cerebro está constantemente controlando lo que siente el cuerpo, generando reacciones que a su vez generan más pensamientos que producen más sustancias químicas (neurotransmisores, hormonas, etc) para que, primero empecemos a sentirnos como pensamos y luego, a pensar de acuerdo a lo que sentimos. Una forma fácil de explicar esta influencia la podemos ver en los sueños. Cuando soñamos nuestro cuerpo se mantiene “inmóvil”, sin embargo todo eso que pasa por nuestra mente influye nuestro cuerpo al punto que por ejemplo, si tenemos una pesadilla, nos despertaremos asustados, con el corazón acelerado al igual que la respiración, podríamos incluso estar llorando; Si por el contrario tenemos un sueño placentero, divertido, nos despertamos con buen humor, felices y enérgicos de empezar el día; otro buen ejemplo son los sueños eróticos. Estos ejemplos nos explican muy bien la conexión entre cuerpo-mente y mente-cuerpo. Eso que pensamos se convierte en una experiencia y para el cuerpo y mente son una realidad. Cuando nos empezamos a sentir de acuerdo a lo que pensamos, comenzamos a pensar de acuerdo a lo que sentimos. A medida que nos conectamos electromagnéticamente con lo deseado en el espacio cuántico, nuestro cuerpo es atraído hacia la situación futura. Las personas, situaciones y cosas que nos pueden ayudar a conseguir o llegar a esa realidad se nos van presentando en el camino. Así funciona a nivel cuántico, nuestro estado atrae lo que necesitamos y deseamos. Por otro lado la frase YO SOY nos conecta con la divinidad que hay en todos nosotros y con el Estado del Ser por eso la mejor manera de comenzar una afirmación es con las palabras “Yo Soy”. Podemos recordar aquí las palabras del gran maestro Jesús cuando dice: “Yo soy la resurrección y la vida”. Las afirmaciones las debemos trabajar:

  1. Siempre en positivo.

  2. En tiempo presente.

  3. Deben ser realistas.

    Vamos a armar algunas afirmaciones para que te sirve de ejemplo. “Yo soy armonía completa en todo momento”. “Yo soy abundancia y bondad sin límite”. “Yo soy salud y bienestar” “Yo soy amor incondicional” Armemos otras sin el “Yo soy”: “La vida me da todos los recursos que necesito” “Recibo del universo todo lo que requiero” “Tengo todo el amor que me da plenitud” "Yo vibro en el amor universal sano y recíproco”. De esta forma puedes ir armando tus propias afirmaciones para trabajarlas. El “yo soy” no es indispensable pero le dan poder a tus afirmaciones, porque te dan seguridad a ti mismo y trabajan a la vez como una caricia a la autoestima. Consejo: Trabaja las afirmaciones una a una, para dar chance a tu cuerpo a que realmente entre en esa vibración, se creen nuevas redes neuronales y así puedas disfrutar los resultados. Lo que no debes hacer - Utilizar el NO en tus afirmaciones . Ejemplo: “No permitiré que nadie más me maltrate o humille”. Cambia esa oración por: “Yo soy una persona valiosa, poderosa y mis opiniones son importantes”. - Usar palabras como mejor, peor, menos, más. - Compararte, con otros, ni siquiera contigo mismo. Cómo debemos hacer las afirmaciones: A demás de estructurarlas de la manera adecuada como ya aprendimos anteriormente en este mismo articulo, puedes hacerlas mentalmente, decirlas en voz alta o grabarlas en nota de voz en tu teléfono y escucharlas a la vez que las repites mental y vocalmente. Puedes escribirla varias veces (en forma de plana) en algún cuaderno. Puedes hacer post it o pegatinas de recordatorio y ponerla en lugares estratégicos para ti (Habitación, espejo del baño, enfrente de tu escritorio, en tu agenda, nevera, de pantalla inicial de tus dispositivos electrónicos. También la puedes hacer en el tiempo de tu meditación, si es que practicas meditación. A mí siempre me gusta recordar que todos somos únicos; por lo que debemos encontrar nuestras propias formas de hacer las cosas, lo que nos funcione a cada uno es la manera correcta de hacerlo. Últimamente a mí me gusta hacerlas en forma de un cántico y las uso como mantra; me ha dado el plus que me relaja! Cuándo las debo hacer El mejor momento del día para hacer las afirmaciones es al despertarnos y cuando ya estamos cerrando nuestro día. Al despertarnos nuestros cerebros están descansados y más receptivos de información. Antes de dormir o en el momento que estamos por dormirnos la mente inconsciente ayuda a instalar estas afirmaciones mientras dormimos.

Las afirmaciones también suelen aumentar nuestra buena vibra y hacernos sentir mejor, con más confianza y poder personal, funcionan para trabajar falsas creencias, autoestima, temores, etc. Así que mi recomendación final es comenzar con una afirmación; hacerla al despertar y al terminar el día. Establece una rutina y luego en cualquier momento del día que la necesites o tengas tiempo repítela, escríbela, cántala, y siéntela con todos tus sentidos. Busca hacerla de manera divertida, en definitiva en nuestras manos está hacer de esta vida la mejor versión para nosotros mismos. Con amor, Grisell Para cambiar tenemos que trascender los sentimientos que hemos memorizado durante toda nuestra vida.

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